El 12 de abril de 1981 la lanzadera espacial Columbia (STS-1), impulsada por dos cohetes reutilizables, fue puesta en órbita y regresó a la Tierra para aterrizar como cualquier avión. Era la primera vez que se empleaba una nave recuperable en una misión espacial. John Young, un veterano astronauta, fue el comandante del vuelo y le acompañaba como piloto Bob Crippen, de la Marina de Estados Unidos. Completaron 36 órbitas a nuestro planeta y aterrizaron en la base Edwards, California, después de efectuar la parte más delicada de la misión: la reentrada en la atmósfera. Cuando Young abandonó la Columbia, lo primero que hizo fue inspeccionar la nave, pletórico de satisfacción al comprobar que la coraza térmica los había protegido de las altísimas temperaturas que tuvo que soportar al entrar en contacto con la atmósfera.
Dos años más tarde, el 28 de noviembre de 1983, Young volvió a asumir el mando de la Columbia, en su primera misión operativa, con cinco astronautas más a bordo. Era la sexta vez que el astronauta viajaba al espacio. Cuando aterrizó en la base Edwards, diez días después, a sus 53 años, Young llevaba acumulados en su palmarés astronáutico 835 horas de servicio, en seis misiones espaciales. Aquella sería la última de ellas, aunque Young no se retiró de la NASA hasta diciembre de 2004 a los 74 años de edad.
John Watts Young nació en San Francisco en septiembre de 1930, se graduó en ingeniería aeronáutica por la universidad de Georgia Tech en 1953 y voló como piloto de la Marina de Estados Unidos antes de incorporarse a la NASA. En dos ocasiones viajó a la Luna, la primera en mayo de 1969 (Apollo 10), en un ensayo previo al alunizaje real, y la segunda en 1972 (Apollo 16).
Los astronautas Young, Cernan y Stafford, despegaron de Cabo Cañaveral el 18 de mayo de 1969 y su nave alcanzó una órbita terrestre desde la que inició el viaje a la Luna. Tardaron tres días en alcanzarla. El 22 de mayo, Young permaneció a bordo del Módulo de Mando (CM) y sus compañeros entraron en el Módulo Lunar (LM) y se separaron del CM para situarse en una órbita de descenso a la superficie del satélite terrestre. Cernan y Stafford se aproximaron a la Luna y observaron el lugar donde alunizarían los astronautas en una misión posterior: el Mar de la Tranquilidad. Cuando finalizó su misión se desprendieron de la etapa de descenso y activaron los cohetes de la etapa de ascenso para retornar al Módulo de Mando, donde los esperaba Young. Durante esta operación el LM empezó a girar, descontrolado, aunque los astronautas consiguieron estabilizarlo, antes de que la situación fuera irrecuperable. Lanzaron al espacio los cohetes de la etapa de ascenso y se conectaron con el Módulo de Mando. El viaje de vuelta a la Tierra duró algo más de tres días. El 26 de mayo de 1969 los recogió un portaaviones de la Marina de Estados Unidos en el Pacífico.
La segunda vez que Young regresó a la Luna tuvo la oportunidad de pasearse por su inhóspita superficie que el astronauta calificó como «un lugar muy bonito». El 16 de abril de 1972, Young fue lanzado al espacio al mando de la misión Apollo 16 junto con los astronautas Mattingly y Duke, desde el Centro Espacial Kennedy (antiguo Cabo Cañaveral). Era la quinta misión tripulada que alunizaba en nuestro satélite y también la penúltima que lo hizo. Duke y Young pasaron 71 horas en la superficie lunar con el LM, mientras Mattingly los esperaba en el Módulo de Mando orbitando la Luna. Los dos astronautas contaban con un vehículo con el que efectuaron desplazamientos sobre la superficie del satélite terrestre y recogieron 95,8 kilogramos de muestras lunares. En sus excursiones, motorizadas, se separaron varios kilómetros del LM para realizar distintas mediciones, tomar muestras, hacer fotografías y filmar películas. En aquellos tres días de recorridos programados por las tierras altas de la geografía lunar, Young y Duke, tuvieron la oportunidad de familiarizarse con las peculiaridades de una parte muy singular de nuestro satélite. En la operación de regreso al Módulo de Mando no pasaron los mismos apuros que los astronautas del Apollo 10. Se conectaron al CM, donde les esperaba Mattingly y regresaron a la Tierra.
En sus dos viajes de vuelta de la Luna, Young recordaba la famosa frase del presidente Kennedy cuando prometió que Estados Unidos enviaría a un hombre a la Luna que regresaría sano y salvo a la Tierra; lo de regresar sano y salvo a la Tierra le parecía una buena idea.
John Watts Young falleció el 5 de enero de 2018