Al parecer, hace unos días, un príncipe saudí compró billetes de avión para 80 de sus halcones. Los pájaros viajaron entre algunos pasajeros, tal y como muestra esta foto que publicó un usuario en reddit reclamando que se la había enviado un tripulante del vuelo.
Hay líneas aéreas del Oriente Medio, como Etihad, que empezaron a permitir a sus pasajeros que llevaran en cabina halcones, hasta dos, en los asientos de primera y preferente y uno, en turista. El cliente puede llevar otros dos, en las clases superiores, o uno más, en turista, si compra un asiento adicional además del suyo. El caso del príncipe saudí, con 80 halcones a bordo es muy poco frecuente.
En los países árabes hay una gran afición a la cetrería y el transporte de halcones en las cabinas de los aviones comerciales se ha ido extendiendo en el Oriente Medio. Otras empresas como Qatar y Lufthansa siguieron los pasos de Etihad. Mientras que casi todas las líneas aéreas de la zona se han aprestado a llevar a bordo rapaces en las cabinas, las estadounidenses se resisten.
Estas rapaces no son baratas. Los buenos ejemplares se pueden comprar en las tiendas de Doha a partir de unos miles de dólares y hasta doscientos mil. En los Emiratos la cetrería se practica desde hace centenares de años. Las tribus de beduinos, nómadas, que viven en un entorno en el que es necesario desplazarse continuamente en busca de agua y alimentos para sobrevivir, utilizaban halcones para cazar. Son rapaces que no residen habitualmente en la península arábiga, sino que la atraviesan en sus largas migraciones entre el norte de Europa y Asia y África. Los beduinos las atrapan cuando atraviesan su territorio y las adiestran. No son tareas sencillas y hace falta gran habilidad y paciencia para dominarlas. Por eso, los árabes, muestran un gran respeto por los maestros en el arte de la cetrería.
Dos son las especies con las que suelen trabajar: los halcones sacre y los peregrinos. Ambos son rapaces de gran tamaño, con envergaduras que pueden llegar a 1,2 metros y un peso que supera el kilogramo, en las hembras, aunque los machos son más pequeños. Sin embargo, su forma de cazar es completamente distinta. Los halcones sacre persiguen a sus presas siguiendo trayectorias horizontales, mientras que los peregrinos se lanzan de gran altura en picado sobre las víctimas.
La cetrería ayudaba a completar la dieta de los beduinos, hoy es un hobby, que tiene sus raíces en una costumbre ancestral. Pero sus halcones siguen cazando liebres, zarapitos y avutardas, con la misma habilidad de siempre. Al atardecer, en las dunas del desierto se juntan grupos de jóvenes con sus rapaces para entrenarlas y compenetrarse con ellas. Suelen utilizar drones que transportan cebos y los controlan con potentes equipos de radio y sistemas de navegación basados en el GPS.
Los cetreros viajan con sus rapaces, atadas, sobre una tabla y encapuchadas, en modernas aeronaves, sin organizar grandes alborotos, disciplinadas, obedientes, y causan sorpresa a los incrédulos europeos que las miran con cierto respeto.