Banderas en la Luna

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El 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón pisó, por primera vez, América llevaba un estandarte de la corona de Castilla. Las banderas siempre acompañaron a los exploradores en sus gestas. El 14 de diciembre de 1911, cinco expedicionarios y 16 perros llegaron por primera vez al Polo Sur. Roald Amundsen, el jefe del equipo, plantó una bandera noruega en aquel punto de latitud 90 grados sur. Es posible que el estadounidense Robert A. Frederick Cook, fuese también el primer explorador que colocara una bandera de su país en el Polo Norte, en abril de 1908; o quizá ese honor le corresponda a Robert E. Peary, un año después. No está claro cuál de los dos exploradores fue el primero en llegar al Polo Norte, pero sí que ambos lo celebraron dejando una bandera. El coronel neozelandés Edmund Hillary y su sherpa nepalés, Tenzing Norgay, fueron los primeros en conquistar la cima del monte Everest, el 29 de mayo de 1953. Edmund Hillary alzó la bandera de su país en la cumbre de la montaña más alta del mundo, a 8848 metros sobre el nivel del mar.

Ayer se cumplieron 45 años desde que los astronautas estadounidenses, Neil Amstron y Buzz Aldrin, colocaron una bandera en la superficie de la Luna. Sin embargo, aquella bandera traería algunos problemas. Los defensores de la teoría de la conspiración, según la cual el viaje a la Luna fue un invento fabricado para la televisión, que jamás tuvo lugar en la realidad, la bandera flameando en la Luna- donde no existe atmósfera ni aire- era otra prueba más del fraude. Como siempre estas teorías ganan adeptos a gran velocidad y mucha gente se unió a los directores de orquesta de lo que fue, sobre todo, un magnífico negocio para unos pocos. No deja de ser curioso que, en 2012, se tomaran fotos de la superficie lunar que mostraban cinco de las seis banderas de las misiones Apolo. La del Apolo 11 aún estaba allí, aunque durante el despegue los gases del cohete la habían tumbado. Eran una prueba bastante evidente de que los astronautas habían pisado la Luna. Otra vez las banderas.

De todas formas, a cualquier técnico de la NASA se le habría ocurrido que en un ambiente sin aire las banderas no podrían flamear, así que, para verse desplegadas, tendrían que ser rígidas y con la intención de que cobraran un poco de vida las hicieron con ondulaciones. Las proezas no eran tales sin dejar una bandera y el viaje a la Luna no podía ser menos.

 

 

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