Globo Enterprise. Washington, D.C. Junio 1861
Para el presidente de Estados Unidos:
Este punto de observación domina un área de cerca de cincuenta millas de diámetro. La ciudad rodeada de campamentos muestra una escena espléndida. Tengo el honor de enviarle el primer despacho telegrafiado desde una estación aérea en reconocimiento a la deuda que tenemos con usted por su aliento para demostrar la disponibilidad de la ciencia aeronáutica al servicio de la patria. T.S.C.
Este telegrama, codificado por un operador en Morse, lo recibió el presidente Lincoln en su despacho, desde la cesta de un globo cautivo situado a 150 metros de altura cerca de la Casa Blanca. En el globo Enterprise, el aerostero Thaddeus Lowe acompañado de un operador telegráfico, pretendían demostrar al presidente de su país la utilidad práctica del vehículo aéreo.
La Guerra de Secesión acababa de empezar y los yanquis preparaban la invasión de Virginia. Lincoln quedó impresionado con la demostración de Lowe; el Ejército llegó a adquirir más de ocho aeróstatos capaces de ascender a 1500 metros, sujetos a tierra, y transmitir información a los cuarteles de mando a través de un cable.
Por primera vez la artillería disparaba sobre objetivos lejanos e invisibles, incluso situados detrás de una colina, y conseguía acertar en sus blancos con milagrosa precisión, gracias a las indicaciones que transmitían los observadores desde las cestas de sus globos cautivos.
“Un halcón planeando sobre un corral de pollos no podría organizar mayor conmoción que la que producían mis globos cuando aparecieron en Yorktown”. Esta frase de Lowe concuerda con las citas de los defensores de la ciudad en muchas de las cuales se recoge el nerviosismo que les producía contemplar la ascensión de los globos cautivos de observación de los yanquis. Uno de los mayores éxitos de Lowe durante la guerra fue descubrir una noche la evacuación de Yorktown.
Cuando no disponía de un cable telegráfico, Lowe escribía notas y las lanzaba en botes. Un operador las recogía en tierra y retransmitía la información vía telegráfica. Otras veces, Lowe enviaba señales con banderas, desde su globo, o con gestos. Quizá, lo que más le divertía era bajar a toda prisa, montar en su rápida cabalgadura y contar lo que había observado, de viva voz, en el puesto de mando. En algunas ocasiones dibujaba mapas. Sin embargo, lo que no llegó a funcionar nunca, aunque lo intentó, fue la fotografía aérea.
Muy pronto Lowe comprendió que los escenarios de las batallas eran muy dinámicos y que la información, para ser útil, había que transmitirla a gran velocidad. En primer lugar tenía que hacer una síntesis de las imágenes que observaba y a continuación comunicarla lo más rápidamente posible. Después era necesario evaluar los cambios que se producían en la imagen e interpretarlos, para informar a su ejército de la nueva situación, sin la menor demora. Era un ejercicio complicado que requería práctica, pero que Lowe llegó a dominar con maestría.
A pesar de su contribución en el frente de batalla Lowe tuvo problemas con el estamento militar porque utilizaba personal cualificado, pero que no era del cuerpo de ingenieros y también por cuestiones económicas. En 1863 abandonó la milicia y se retiró a sus actividades privadas. Cuando se retiró del Ejército tenía 31 años y vivió 49 años más, dedicado a la consultoría militar, la invención y la construcción de líneas de ferrocarril de alta montaña. Uno de sus inventos más famosos fue un procedimiento para enriquecer con hidrógeno “gas de agua”, de llama azul, con el que se mejoraba el rendimiento y se conseguía un gas útil también para el alumbrado, de llama amarilla.
Pero, a Thaddeus Lowe se le conocerá siempre como el hombre que descubrió la utilidad de los globos cautivos en los campos de batalla, y fue el primero en ponerla en práctica en la Guerra de Secesión norteamericana.
Maestro,gracias por ilustrarnos un poco,que es mucho.
Muy agradecida,un saludo,
Gracias a ti Carmen Pilar