ISON, el hueso de dinosaurio y las naves que siguen a los cometas

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ISON 8 Octubre- Credit: Adam Block / CaelumObservatory.com

Es posible que ISON se haya desintegrado. Las imágenes que se observaron del cometa ISON, el jueves 28 de noviembre, cuando se aproximaba al Sol, indican un debilitamiento del núcleo que podría anticipar su completa desaparición.

La NASA ha dicho que ISON es una reliquia, algo así como el “hueso de un dinosaurio” de la formación del Sistema Solar, un cometa que ha estado en el congelador de la nube de Oort desde hace 4500 millones de años.

Si ISON fuera capaz de soportar las altas temperaturas cuando esté cerca del sol, a su regreso, lo podríamos ver desde la Tierra a simple vista con su gigantesca cola. Pero, además de ofrecernos un magnífico espectáculo los científicos podrían observar con sus potentes telescopios la estructura de hielo, amoniaco, metano y otros compuestos del objeto celeste. Procede de un lugar del espacio, la nube de Oort, en donde se conserva la materia en el mismo estado que tuvo hace 4500 millones de años, cuando se formó el Sistema Solar. ISON nos mostraría cómo era esta parte del Universo cuando se creó. Y todo eso podría ocurrir en una fecha tan próxima como el 26 de diciembre.

ISON no es el único cometa que se ha podido contemplar desde la Tierra. El Halley nos visita cada 76 años y la próxima vez lo hará en 2061. Se debilita cada vez que pasa cerca del Sol, pero quienes estén en este planeta dentro de 48 años tendrán la oportunidad de echarle un vistazo. Durante algún tiempo se pensó que fue el responsable de guiar a los reyes Magos hasta el portal de Belén. No pudo ser así, porque el Halley pasó por Belén diez o doce años después del nacimiento de Cristo.

Conviene recordar que en 1997, otro cometa, Hale-Boop se pudo observar desde la Tierra durante un año y medio, a simple vista. Lo descubrieron en 1995 dos observadores, de forma independiente: Alan Hale y Thomas Boop. Fue el cometa más importante del siglo XX, desde el punto de vista astronómico y, desgraciadamente, también desde otros puntos de vista.

El 22 de marzo de 1997, Hale-Boop, pasó por el punto de su trayectoria más próximo a la Tierra; cuatro días después la policía de San Diego, en California, encontró los cuerpos de 39 miembros del grupo religioso Puerta del Cielo (Heaven’s Gate) que se habían suicidado. Todos ellos creían que detrás del cometa Hale-Boop viajaba una nave espacial extraterrestre y que al suicidarse sus almas embarcarían en aquél vehículo que los transportaría a otro nivel superior de la existencia. El líder espiritual de aquella secta fue Marshall Applewhite, un profesor de música tejano que en el hospital, mientras se recuperaba de un infarto de miocardio, creyó haber experimentado una situación de proximidad absoluta a la muerte. Convenció a su enfermera, Bonnie Nettles, de que los dos habían sido designados como mensajeros divinos y durante un par de años viajaron por Estados Unidos para enrolar adeptos, con poco éxito, porque tan solo consiguieron un afiliado. Applewhite fue arrestado durante seis meses, por no devolver un vehículo alquilado a su debido tiempo. Aprovechó el encierro para revisar sus ideas religiosas y concibió un proyecto espiritual que ofrecía a sus creyentes la posibilidad de que los extraterrestres los visitaran y les ofrecieran cuerpos nuevos. La idea tuvo éxito.

Applewhite convenció a sus discípulos de que ascenderían con sus cuerpos a una nave extraterrestre y allí se produciría el cambio corporal. A lo largo de los años centenares de personas ingresaron y abandonaron la comunidad religiosa de Applewhite, que mantuvo un total de entre unos 20 y 60 feligreses en todo momento.

En 1985, Nettles, la enfermera que lo había acompañado a lo largo de su viaje místico falleció y Applewhite sufrió una profunda depresión.

A partir de la muerte de Nettles, el predicador desarrolló la idea de que era posible abandonar el cuerpo y viajar con el alma hasta las naves extraterrestres. Y aquello es exactamente lo que trató de hacer a finales de marzo de 1997: embarcarse con la mayoría de sus fieles en la supuesta nave extraterrestre que seguía al cometa Hale-Boop. Claro que, para hacerlo, tuvieron que envenenarse y abandonar sus cuerpos en el planeta Tierra.

De acuerdo con la creencia popular los cometas no suelen anunciar buenas nuevas por lo que quizá no debamos preocuparnos demasiado si ISON se ha disuelto por culpa de la calentura solar, y si no es así, nuestros telescopios podrán contarnos cómo era esta parte del Universo, hace 4500 millones de años.

Noticias para la Navidad.

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