Cuando Wilbur Wright decide empezar sus experimentos de vuelo escribe una carta a Octave Chanute en la que le explica cuáles son sus planes. El fabricante de bicicletas le dice que está convencido de que se puede volar sin motores pero no sin habilidad y por tanto es necesario practicar el vuelo; no cree que nadie que invente la primera máquina voladora será acreedor de beneficios económicos y por lo tanto no va a hacer un secreto de sus planes; cree que los pájaros mantienen el equilibrio lateral modificando los ángulos de ataque de sus alas de forma simultánea y asimétrica y le pide asesoramiento para encontrar un lugar seco en el que de septiembre a enero sople un viento de unos quince nudos.
A lo largo de los años que siguieron Wilbur no cambió de parecer, excepto en lo relacionado con los beneficios económicos. Cuando llegó a la conclusión de que su hermano y él, llevaban una ventaja que el propio Wilbur estimó en unos seis años a sus competidores en la invención de la máquina de volar, los Wright decidieron conservar para ellos en exclusiva el honor y el beneficio de su invento.
Dayton, 13 mayo, 1900
Desde hace algunos años me aflige la creencia de que el hombre puede volar. Mi enfermedad se ha agudizado y creo que pronto me costará una cantidad importante de dinero si no es la vida. He organizado mis asuntos de forma que pueda dedicar durante unos pocos meses todo mi tiempo a experimentar en este campo.
Mis ideas generales sobre este asunto son similares a las de los que realizan experimentos prácticos, a saber: lo que se necesita principalmente es habilidad en mayor medida que maquinaria. El vuelo del águila y aves similares es una convincente demostración del valor de la destreza y de la falta de necesidad, al menos en parte, de sistemas propulsores. Es posible volar sin motores, pero no sin conocimientos y habilidad. Por lo tanto yo concibo que al hombre, debido a su mayor intelecto, le resulte más fácil igualar a los pájaros en conocimiento que a la naturaleza en la perfección con que fabrica sus máquinas.
Asumiendo que las ideas de Lilienthal, acerca de los principios sobre los que el hombre debe proceder, eran correctas, yo entiendo que su fallo se debió principalmente a la falta de adecuación de su método y de sus aparatos. En relación con su método, el hecho de que en cinco años dedicó solamente alrededor de cinco horas, en total, al vuelo real, es suficiente para mostrar que el método era inadecuado. Incluso la más simple de las proezas, intelectual o acrobática, nunca podría aprenderse con tan escasa práctica y ni siquiera Matusalén jamás hubiera llegado a ser un experto taquígrafo con una hora al año de prácticas. Yo también pienso que los aparatos de Lilienthal son inadecuados, no solamente por el hecho de que fracasó, sino porque las observaciones del vuelo de los pájaros me convencieron de que los pájaros usan métodos más activos y enérgicos para recuperar el equilibrio que simplemente el de cambiar la posición del centro de gravedad.
Después de esas aseveraciones generales de mis principios y creencias, procederé a describir el plan y los aparatos que tengo intención de probar. Al explicarlo, mi intención es aprender hasta qué punto otros planes similares se han probado encontrándose que son inadecuados, y obtener las sugerencias que su gran conocimiento y experiencia puedan proporcionarme. No voy a hacer ningún secreto de mis planes puesto que opino que el inventor de la primera máquina voladora no será acreedor de ningún beneficio económico y que solamente aquellos que estén dispuestos a dar y recibir sugerencias pueden esperar unir sus nombres al honor del descubrimiento. El problema es demasiado grande para que un hombre solo y sin ayuda pueda resolverlo en secreto.
Mi plan es este. En un lugar apropiado erigiré una torre ligera de unos ciento cincuenta pies de altura. Un cabo pasando sobre una polea en el extremo superior hará las veces de guía de una cometa. Dispondrá de un contrapeso de forma que cuando se pasen ciento cincuenta pies de cabo soportará una carga igual al peso del aparato y el operador, aproximadamente. El viento levantará la máquina desde la base de la torre y el peso se soportará en parte por la sustentación del viento y en parte por el tiro del cabo. El contrapeso se organizará de forma que conforme el viento levante el aparato el tiro del cabo disminuya hasta que cesará por completo cuando su longitud se haya reducido a cien pies. El objetivo es practicar finalmente con un viento capaz de sostener el operador a una altura igual a la de la torre. El tiro del cabo hará las veces de motor para contrarrestar la resistencia al avance. Veo que el tiro del cabo introducirá complicaciones que no se encontrarán en el vuelo libre, pero el plan me permitirá permanecer en el aire para practicar horas en vez de segundos. Espero adquirir suficiente habilidad como para superar las dificultades del sistema y las inherentes al vuelo. Conocimiento y habilidad en manejar la máquina son absolutamente esenciales para volar y es imposible obtenerlas sin una práctica extensiva. El método empleado por Mr Pilcher de remolque mediante caballos en muchos aspectos es mejor que lo que propongo, pero no ofrece garantías de que el experimentador no sufra ningún accidente antes de adquirir la habilidad necesaria para evitarlo. En mi plan yo confío en el cabo y el contrapeso para al menos evitar la fuerza de una caída. Mi observación del vuelo de las águilas me lleva a creer que ellas recuperan el equilibrio lateral, cuando se ve perturbado parcialmente por una ráfaga de viento, mediante la torsión de la punta de las alas. Si la parte posterior de la punta derecha del ala se gira hacia arriba y la izquierda hacia abajo, el pájaro se convierte en un molino e instantáneamente gira en torno a un eje que va de su cabeza a la cola. De esta forma recupera el equilibrio, tal y como he podido comprobarlo observándolos. Yo creo que el pájaro, en general recupera su equilibrio lateral, en parte presentando sus dos alas al viento con ángulos distintos y en parte retrayendo un ala, reduciendo de esta forma su área. Yo me inclino a pensar que lo primero es el método más importante y usual. En el aparato que intento emplear haré uso del principio de torsión. En apariencia es muy similar al biplano que usted y Mr. Herring utilizaron en sus experimentos en 1896-7. El punto en el que difiere en principio es que quitaré las sujeciones cruzadas que evitan que el plano superior se mueva hacia adelante y atrás y el final del plano superior puede moverse independientemente hacia arriba o hacia abajo mediante un mecanismo adecuado. El equilibrio lateral puede así conseguirse moviendo un final más que el otro o moviendo los dos en direcciones opuestas. Si haces un tubo cuadrado de cartulina de dos pulgadas de diámetro y ocho o diez de longitud y eliges dos lados para los planos verás inmediatamente el efecto de torsión de mover un extremo del plano superior hacia delante y el otro hacia atrás y como este efecto se consigue sin sacrificar la solidez lateral. Mi plan consiste en sujetar la cola rígidamente al cable trasero superior, el cual conecta los planos, con lo que el efecto será que cuando el plano superior se mueve hacia delante la parte final de la cola se eleva de forma que la cola favorece el restablecimiento del equilibrio longitudinal. Mis experimentos con este aparto se han limitado a máquinas de hasta quince pies cuadrados de superficie y han resultado suficientemente alentadores como para inducirme a hacer planes de pruebas.
Mis negocios personales exigen que el trabajo experimental lo lleve a cabo durante los meses de septiembre a enero y le agradecería su asesoramiento en relación con el lugar adecuado donde hubieran vientos de unos quince nudos, sin lluvia ni tiempo muy desapacible. Tengo la seguridad de que tales lugares son difíciles de encontrar.
Dispongo de su Progress in Flying Machines y sus artículos en los Anuales 95, 96 y 97 así como sus artículos recientes en el Independent. Le agradecería que me proporcionara información del lugar en el que pueda obtener datos sobre los experimentos de Pilcher.
(De El secreto de los pájaros)
http://www.elsecretodelospajaros.com