Cazar un asteroide

NASA asteroid initiative

La misión es tan sorprendente que algunos expertos piensan que es casi imposible. La NASA propone salir al espacio con un robot, buscar un asteroide de unas 500 toneladas de peso, cazarlo y ponerlo en una órbita lunar; después mandaría un par de astronautas para que lo visitaran y se trajeran alguna muestra del celestial viajero apresado por el robot y convertido en luna de la Luna. Una misión que costará alrededor de dos mil seiscientos millones de dólares.

El robot cazador se lanzaría al espacio con el nuevo Space Launch System (SLS) y la misión tripulada iría a bordo de la nave Orion, dos productos de la agencia espacial que están actualmente en fase de desarrollo. El SLS transportaría un robot, propulsado con un motor iónico que se alimentaría con energía solar, hasta llegar al asteroide. Una vez allí podría desplegar un contenedor cilíndrico hinchable en cuyo interior se alojaría el asteroide, luego el cilindro se deshincharía para atraparlo en una especie de bolsa pegada a su superficie. Es posible que el asteroide estuviera girando sobre sí mismo a gran velocidad y habría que detener la rotación del prisionero, quizá desplegando con un cabo una masa sujeta al asteroide para que al girar disminuyese su velocidad angular, igual que hacen las bailarinas al extender los brazos cuando dan vueltas sobre sí mismas. En el momento en que la velocidad de giro fuese suficientemente pequeña habría que soltar la masa y el cabo, que se perderían en el espacio llevándose con ellas la mayor parte de la energía cinética de rotación del incrédulo asteroide. A partir de ese momento, el motor iónico se encargaría de transportar la presa a una órbita lunar.

La segunda parte de la misión consistiría en enviar dos astronautas con una nave Orion al asteroide. Allí llevarían a cabo labores de investigación, tomarían algunas muestras y regresarían a la Tierra.

Los argumentos más contundentes en contra de este proyecto se centran en que si no se sabe con suficiente antelación el asteroide que se pretende cazar, será imposible cumplir con la agenda prevista. Si detectamos un pequeño asteroide con la antelación necesaria y decidimos que ese va a ser el objetivo de la misión corremos el riesgo de que cuando esté cerca de nosotros nos demos cuenta de que sus características hagan inviable el proyecto y será demasiado tarde para buscar otro. De otra parte, es muy difícil predecir cuándo vamos a encontrar el asteroide idóneo para el programa, quizá eso no ocurra en el plazo que establezca nuestra agenda. Una alternativa consistiría en viajar hasta un asteroide, que conozcamos desde un principio con suficiente detalle, para extraer un trozo del mismo y llevarlo a la órbita lunar.

¿Por qué quiere la NASA hacer esto? Un periodista de la CNN comentaba en broma que es posible que nuestras naves no puedan llevar combustible suficiente para llegar a su destino y sería interesante poder aterrizar en un asteroide, repostar y seguir el viaje; quizá no haría falta reemprender la marcha inmediatamente, si elegimos el asteroide adecuado podría acercarnos al lugar donde nos dirigimos. También se especula con la posibilidad de extraer de los asteroides materias primas que en la Tierra se han agotado o que ni siquiera existen. La experimentación con motores iónicos, necesarios para una futura misión tripulada a Marte, es otra razón que apoya este proyecto. Sin embargo, la defensa de nuestro planeta ante una posible colisión con un asteroide grande capaz de destruir o dañar seriamente nuestra civilización podría justificar con creces el proyecto.

Del 30 de septiembre al 2 de octubre de 1913, la NASA ha organizado en Houston un congreso para tratar de forma amplia esta iniciativa con distintos representantes del público en general, el mundo académico, las empresas y otras organizaciones gubernamentales. Para el debate del evento se ha seleccionado un centenar de comunicaciones. Una de estas presentaciones se titula Reposicionamiento de un asteroide para la defensa del planeta, de Geoffrey A. Landis. Geoffrey es un científico que trabaja para la NASA en el John Glenn Research Center y en sus ratos libres también escribe ciencia ficción. El resumen que hace de su comunicación es muy interesante:

Geoffrey A. Landis, NASA GRC

Durante estos últimos años ha quedado cada vez más claro que los impactos de asteroides han sido los responsables de extinciones masivas sobre la Tierra, incluyendo el impacto de Chicxulub que terminó con la era de los dinosaurios. La probabilidad de un impacto como este es pequeña pero las consecuencias serían grandes. Por lo tanto, hay un gran interés en encontrar alguna defensa contra un impacto capaz de producir un cataclismo. Nuestra idea es la de utilizar un asteroide contra otro asteroide. Concretamente, proponemos que podríamos encontrar un asteroide de 7 a 10 metros de diámetro, llegar hasta él y llevarlo a una órbita lunar estable que pase por algún punto de Lagrange. Desde esta posición, si se detecta un asteroide amenazante, el asteroide defensivo puede lanzarse siguiendo una trayectoria que intercepte la del objeto que nos amenaza para desviar su trayectoria y evitar que impacte sobre la Tierra.

La probabilidad de que un gran asteroide impacte sobre la Tierra es pequeña, como dice Geoffrey, pero las consecuencias serían terribles para nuestro mundo. La defensa de nuestro planeta frente a semejante amenaza podría ser el primer gran logro de la era espacial.

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